Porqué enseñar arte es importante para el desarrollo personal
Comencé a darme cuenta de la importancia de enseñar arte cuando después del primer año de empezar con esta labor, veía que me sentaba bien, me sentía llena porque por primera además de pintar tenía que explicar con palabras lo que había querido decir con pintura, con líneas, con color….
Descubrí que existía un lenguaje universal y que servía para todos y para todos los tiempos y que si el que quería hacer algo en este mundo del arte sabía cuales eran sus reglas lo tenía muy fácil. Y también he llegado a la conclusión que para disfrutar del arte o para aprender este lenguaje no hace falta ser grandes artistas, se puede ser pintor o no se puede ser pintor, en realidad casi no importa. El entender y comprender que el mundo que nos rodea es susceptible de ser transformado en una obra de arte es un mundo fascinante que solo trae a quien lo practica grandes recompensas. Entre ellas está, el aumento de la autoestima por ser creador de algo, el desconectar de todo mientras estás concentrado en cualquiera de las actividades artísticas, el desarrollo de la creatividad tan importante hoy día tanto para mayores como para los más pequeños, el experimentar la libertad de poder hacer lo que quieras y como quieras porque de ello sacaras algo nuevo y único.
Sueño con que a través de vivir experiencias en torno a lo artístico, a lo que entendemos universalmente como arte porque es bello, nuestra vida sea más feliz. Y le demos más sentido al experimentar que la naturaleza y todo lo que nos rodea tiene alma porque nos despierta emoción. Por eso ahora además de pasarme horas en mi estudio donde me siento la reina del mundo también necesito dar, regalar lo que sé, el gritar a los cuatro vientos que sé cosas que si me las quedo para mi no tendría sentido, mi vida como artista estaría un poco vacía.
A este espacio venimos a compartir, a sentir a través de la percepción artística todo un mundo de sensaciones que nos despierte la emoción por lo más pequeño o, lo más grande.
Lola Montero, agosto 2017