Una mañana perfecta aprendiendo de todas las cosas… con Gerardo Delgado

Una mañana perfecta aprendiendo de todas las cosas… con Gerardo Delgado

Gerardo Delgado. Aprender de todas las cosas

Ayer viví un momento único e inolvidable visitando la exposición de Gerardo delgado en el CAAC. Acompañada del autor y de otros grandes artistas de nuestro país, Carmen Laffón, Soledad Sevilla y la escultora ceramista Carmen Vila.

Fue un placer comprobar como el artista tocaba y cambiaba de sitio las piezas con la naturalidad de quién se las sabe de memoria, como los hijos que desde que nacen se sabe que ya no pertenecen a los padres pero siempre tendrán la protección y el hilo conector de quien los engendra. También vi los guiños de complicidad de sus amigos en el arte, de los que saben y conocen cuanto trabajó Gerardo en crear lo que nos rodeaba, cuantos años de horas de estudio, análisis y esfuerzo para desgranar aquello que tanto preocupa a Gerardo, la forma.

Siempre por mi condición de pintora de la realidad y figurativa, el arte abstracto se me hacia un poco difícil de comprender y pasaba a mi lado un poco más de prisa que otra forma de representación que me llegaba más a los sentidos. Pero desde hoy que he vuelto a mirar la obra de Soledad Sevilla y he visto algo grande en una persona tan natural y sencilla. Se me ha revelado la grandeza de aquel que sabe lo que hace, de quien busca la verdad y quiere destripar la esencia misma de la pintura, del dibujo, en definitiva de la creación plástica.

Reflexiono en los años que nos separan en el mundo del arte y descubro, muy a pesar mío, que las buenas maneras se están perdiendo. Como todos sabemos el mundo en el que estamos inmersos, el mundo de la inmediatez que está al alcance de cualquiera no puede convertirnos en personas como ellas. Porque sí, creo que sus formas de ser pausadas, analíticas, sin miedos, le hacen ser diferentes porque están cargados de las experiencias del trabajo bien hecho, a conciencia, sabiendo que buscaban la verdad, su verdad y que lo que vemos en su obra no es pura casualidad sino que es fruto de una revelación personal muy generosa.

Lo mejor de estos grandes del arte es su sencillez y su generosidad, porque ya han alcanzado un momento de su vida en que lo único que les importa es seguir trabajando en lo que creen sin ningún miedo, sin la expectativa de qué dirán, si alguna vez lo tuvieron.

Son un ejemplo para la sociedad, un ejemplo para la persona que busca lo trascendente de la existencia. En el proceso creativo de estas obras intuimos la búsqueda de ese ser humano que ha encontrado las respuestas y nos las regala al resto de nosotros para que veamos que no es simple disfrute estético el que se pueda sentir delante de la obra de Gerardo Delgado, sino que es un persona que ha buscado e indagado a lo largo de su vida en destripar la forma, sus formas, para decirnos al mundo, “eso es lo que yo he descubierto” ahí lo tenéis, sin más.

Gracias Gerardo, Carmen y Soledad, muchas gracias.

Lola Montero, Septiembre 2017

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